miércoles, 20 de abril de 2016

El último aliento del invierno

Es lunes por la mañana. Aparco el coche en Arantzazu y comienzo a dar los primeros pasos hacia Urbia. Caminando inmersa en mis pensamientos sin dejar de observar mi al rededor, focalizo diferentes encuadres en mi mente para cuando a la vuelta, tenga la cámara entre las manos. Según paso por la fuente me saluda un pájaro carpintero con su sonido tan característico que hacen al perforar la madera de los árboles. ¡Cómo se nota que estamos en primavera!

Mi intención es sacar una panorámica desde Arbelaitz hasta Aizkorri pero... veamos con qué tiempo me encuentro por arriba. Me falta subir la última cuesta para alcanzar el collado de Elorrola. Veo que la niebla esta bastante abajo, así que creo que las posibilidades de sacar la panorámica van a ser escasas por no decir nulas. Continuaré hacia adelante, con la esperanza de que la niebla estancada en lo alto de la cresta me deje ver por un instante las cimas de la sierra. Nada... Bueno, descartando esta posibilidad, amplio mi visión angular y doy con las bordas de Arana y la zona de Perusaroi. Es una buena opción. En la búsqueda de una foto diferente me topo con una encina solitaria situada en el extremo de unas rocas afiladas por el viento. Surge una comunicación entre el peculiar arbol y yo. Ya comienzo a pensar el encuadre, qué meter, que dejar fuera... La zona de Enaitz hoy está espectacular! pero hoy no es tu turno... lo siento! Me redirijo otra vez a la zona de Perusaroi y tomo unas cuantas fotos hasta que la encina situada a mi derecha reclama mi atención. Klik, klik, klik,... Recojo mis cosas, cuelgo los bastones en la mochila y con la cámara en el cuello, vuelvo por el mismo camino de subida hacia Arantzazu. La senda que sigo es barro, veamos si no me caigo. Decido hacer una última parada para echar la vista atrás. En algunas zonas de Urbia aún es invierno; la nieve caída hace unas semana aún permanece entre las laderas. Saco las últimas fotografías y continúo con el camino de vuelta antes de que me engulla la niebla.


Bordas de Arana, Peruaitz y Burgalaitz

Encina

Montañeros en el collado de Elorrola

Hayedo

Hay quien ha resistido al duro invierno

Esto es todo amigos... ¡HASTA PRONTO!

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